Recuerda que nada debes
temer.
Reclinan la frente, frente al altar,
orando un rosario, Rosario están,
su Jaime querido herido galán
allí están sus almas, alma sin par,
Rosario con Jaime en dulce penar.
inquietos los tres por su talismán,
orgullo perdido de un gran sultán
tesoro escondido abajo del mar.
esperan al médico aparecer
namientras se toman algún café
velando el pasillo al amanecer
ardiendo con ansias, llenos de fé,
las buenas noticias que ha de traer
“opus magister, consumatum est”
recuerda que nada debes temer.
Manuel Rosendo
castro Iglesias
Vigo, a 05 de
marzo de 2012